10 abr 2014

Edgar







Hace tiempo que no me entiendo con mi mejor amigo.
Está a mi lado, me acompaña en los buenos y malos momentos. Nunca me falla.
Pero cuando le comento mis preocupaciones se chupa las pelotas.
Es lo que tienen los perros.

La verdad es que esos animales son una movida. Se les coge un cariño especial.
Se nota en ciertos detalles.
A "Brown", mi Carlino, le recogo las heces, sin embargo me da muchísimo asco la gente que se sienta en el trono con la puerta entreabierta. Y eso que se limpian solos.

La otra tarde en el parque le conté a Brown un asunto que venía preocupándome desde hace tiempo, se lo comenté mientras le olfateaba el culo a un Bulldog Francés. Él, no yo.

"Verás, hace mucho tiempo que no quedo con mis amigos.
No me refiero a que no seas mi amigo, eres el mejor que tengo y lo valoro, pero me he dado cuenta que necesito salir, ir a tomar un café a uno de esos sitios de moda. Y ya sabes que tú en esos locales no puedes entrar. 
La vida pasa deprisa y un buen día te encuentras solo. 
Yaa.. no me mires así, ya sé que tus años equivalen a 7 de los mios, pero no sé... necesito pasar el tiempo con alguien de mi edad.
Seguramente me pasaría la noche enseñándole tus fotos y lo sabes, pero necesito mi espacio.
¡NO! BROWN SUELTA. ¡MAL CHICO! ¡SIT, SIT! 
No estoy cortando contigo, sabes que no tengo ojitos para nadie más. Pero necesito hablar con alguien o terminaré oliendo el culo a uno de tus colegas."

Esa misma noche, mientras Brown dormía, entré en facebook y pude encontrar a unos cuantos amigos de verdad, de los de toda la vida, de esos que no he visto en décadas. Pero se suele decir que un buen amigo siempre está ahí cuando le necesitas. Así que les mandé unos mensajes.

Menuda enganchada. Las mujeres no me contestaron, pero dí con Charli, uno de mis compañeros de fatigas. Fue una noche memorable recordando viejos momentos mediante iconos de caras sonrientes. Incluso usé el de un gato soplando una tarta de cumpleaños, hubo que hilar fino, pero se lo mandé y se partió el ojal.
Se lo estaba pasando en grande, escribía "jajajaja" cada dos frases.
Yo reía fuerte, tanto que Brown gruñía entre ronquidos, pero me daba igual, hacía mucho que no lo pasaba tan bien.
Volví a ser un niño, a mis 53 primaveras.

Necesitaba sentirme persona, los últimos años fueron muy perros.
Justo ahora que lo daba todo por perdido, que me entraba la rabia por no sentirme querido, va y aparece Charli.
Necesitaba esa sensación, es por ello que cada noche, cuando Brown se acostaba sobre el cojín de felpa, volvía a conectarme.
Poco a poco fuimos avanzando en nuestra relación, ahora nos hablamos por Whatsapp.
En un principio me daba corte pedírselo, supongo que por la falta de costumbre.
Me había vuelto un ser antisocial, ¿qué sería lo próximo? ¿Abrirme una cuenta en Twitter? Menos mal que pude retomar mi vida y socializar con personas de verdad.

Pero Brown no es tonto, el muy perro se lo olía. No estoy hablando del culo del Setter, que también, me refiero a que notaba cambios en mí.
Me vestía más colorido, cantaba en la ducha, incluso hablaba con los demás dueños.

La verdad es que necesitaba quedar con Charli, ver que esa sensación era cierta. No quería más virtualizaciones. Al fin y al cabo, el trato con alguien de mi especie era lo que buscaba.
Me costó la vida, pero se lo solté.

-Ey, ¿Te hace unas copas esta tarde y hablamos de nuestras cosas?
-Jajaja, copas dice, un par de cubatas como dios manda, sin frutas ni mierdas.
-Bueno, eso mismo.
-Vale tío, a las 20:00 en la estación del centro. ¿Te viene bien?
-Cojonudo.

Cojonudo NO. A ver con quién dejo yo a Brown.
Intenté dejárselo a la vecina de enfrente, pero tiene dos gatos.
La de abajo tiene alergia y la de arriba tiene vida social, no iba a quedarse en casa esta noche.

Esto no me podía estar pasando a mí. Para una vez que tengo planes y mi Carlino me los chafa.
Mírale ahí, en su cojín, roncando como un angelito.
¿Y si lo dejo en casa? Quizá no se entere de que me he ido.

Salí con los zapatos en las manos, para no hacer ruido.
Cerré con una precisión perfecta, parecía un adolescente, nada podía salir mal.
Llamé al ascensor mientras me calzaba y ni señal del animal.

La noche fue muy loca. Charli era más gracioso en vivo.
Era calvo con greñas, en su foto de facebook parecía otra persona.
Se sacaba las fotos a lo Bruce Willys, desde el mentón a las cejas el muy joputa.
Anda que no nos reímos de eso. De eso y de todo, su vida era muy ridícula.
Yo le conté un poco por encima la mía, sin nombrar a mi Carlino.

Un taxi me trajo de vuelta al amanecer. Tras infinitos intentos conseguí meter la llave y entrar en mi casa.
Ahí estaba Brown, con cara de malas pulgas. Creo que se hacía caca.



Salimos al parque y mientras él olía el trasero a su gente yo pude dormir la mona sobre un banco.

Los meses pasaron, Charli se hizo íntimo, pero demasiado borracho para mi gusto, no me convenía del todo. Así que retomé mi búsqueda de amigos en facebook.
Seguro que alguien querría quedar.
Charli me decía que quién iba a querer quedar con dos tipos como nosotros.

-¿A qué te refieres?
-Míranos, somos una tragicomedia andante.
-¿Y ellos? ¿Acaso crees que habrán triunfado en la vida?
-Tontos, ellos son tontos y punto.
-Pues yo tengo una gran fe en los tontos.

                                                                                                                       

                                                                                                                                                                 @TRYBALblz

No hay comentarios:

Publicar un comentario