19 may 2014

Barbie aplasta a Rousseau






Conozco a Barbie desde hace treinta años y creedme, es muy buena tía. Últimamente, no pasa por su mejor momento, tiene problemas con Ken. La llamo cada día, siempre fue una gran amiga, una de esas leales que no fallan y siempre tienen una sonrisa. El otro día, me comentó que había concedido una entrevista a VAGUE que se publicaría el miércoles. Esperaba el típico reportaje ideal, pero me avisó que esta vez se desnudaría. A su corazón, se refería. A mitad de semana, compré la revista y entré a leerla tranquilamente en una cafetería. 




Vaya, por fin se casan estos dos. ¡Qué alegría!

Abrí la revista y cuando llegué a la página 25, no podía creer lo que leía. ¡Si solo hacía unos meses que no la veía! Sabía que lo estaba pasando mal, Ken la tenía mareada perdida, pero siempre me repetía que no me preocupase, que estaba bien. Ha sido un error imperdonable por mi parte creerla cuando decía que no pasaba nada, debí darme cuenta de lo que sucedía. Maldita vida de adultos, vas tan rápido que no nos dejas darnos cuenta de cosas que cualquier niño vería. Conmocionada, empecé a leer su entrevista. Así decía:




Bienvenidos a la exclusiva entrevista que Barbie concede al equipo de VAGUE. Nos recibe en su casa, sin maquillar y con una gran sonrisa. En estas líneas, descubriremos cómo el icono de la elegancia y perfección de los últimos cincuenta años, se ha visto envuelta en una terrible pesadilla de carbohidratos y grasas saturadas por culpa del desamor. Pero también encontraremos fuerza, esperanza y ganas de vivir. Un conmovedor testimonio que no dejará indiferente a nadie. La verdadera historia de Barbie.

-Antes de comenzar, muchísimas gracias por recibirnos, Barbie.

-Estoy encantada de veros, vuestra revista siempre es bien recibida.

-Naciste un 9 de marzo de 1959, ¿qué te llevó a hacerte Barbie?

-La verdad es que, por aquel entonces, estaba en paro y no tenía otra cosa que hacer. La oferta de Mattel era buena y acepté en lo que encontraba algo mejor.

-Y triunfaste.

-Han sido años de mucho sacrificio. He trabajado cada día, jamás me habían explotado así. Entre fiestas, viajes, estudiar, dar clases, la clínica veterinaria, cuidar de la casa, mis hermanas… No he tenido tiempo mucho tiempo para mí.

-Eres una mujer muy polifacética y preparada. Hemos contabilizado más de 65 profesiones en tu CV y 30 películas, sin contar los cameos en Toy Story. ¿Cuál consideras que ha sido tu mayor logro?

-Sin lugar a dudas, sacar los doctorados en Medicina, Arquitectura y Económicas en menos de un año, todo antes de las navidades del 98. Mattel presentaba una ambiciosa campaña con modelos y accesorios nuevos. Fueron muy exigentes con mi formación. Tenía que ser perfecta, gustar a todos. Qué estrés, adelgacé muchísimo.

-Delgadez que, actualmente, choca mucho con tu imagen.

-Sí, ¿verdad? He cogido unos kilitos…

-Volviendo a la historia de tu vida. Si entramos en el terreno personal, se te ha relacionado con muchos hombres, entre ellos el Capitán América. ¿Qué opinas acerca de esto?

-Ya sabes lo falso que es este mundillo. Se habla mucho sin contrastar la información, todo vale por una noticia. Como cualquier muñeca, tuve una vida antes de conocer a Ken, pero jamás le fui infiel. Mi otro gran amor fue un G.I. Joe y nunca lo oculté.

-¿Cómo conociste al que, sin duda, ha sido el hombre de tu vida?

-Llevaba un par de años trabajando para Mattel, tenía todo tipo de accesorios, pero no un novio. La Junta Directiva era muy tradicional. Para ellos, una mujer independiente sin un hombre a su lado, daba mala imagen, así que me metieron a Ken en casa. 

-Pero, ¿así sin más?

-El negocio de los juguetes es frío, no hay sentimientos. Nadie conocía a Ken por aquel entonces, era un pobre diablo que vendían los quioscos en sobrecitos por 5 centavos. Fíjate que lo primero que tuve que hacer cuando se instaló en casa, fue prepararle un par de huevos fritos con patatas. 

-Por lo que cuentas, no fue un amor a primera vista como nos intentaron vender en todas las jugueterías.

-Para nada, fue todo un montaje. Sabía que él no me quería, por eso, cuando firmamos el contrato de noviazgo, exigí que fuese en régimen de separación de cajas. Él en la suya, yo en la mía y Mattel en la de todos.

-Pero no todo salió como esperabas y te enamoraste perdidamente de él.

-Han sido casi cincuenta años juntos. Aparentar una vida idílica es muy duro, yo estaba muy sola y el roce hace el cariño. Cuando me quise dar cuenta, mi plastificada alma estaba loca por él.

 -Aparentemente, erais la pareja perfecta, aunque se ha especulado mucho sobre las constantes crisis que habéis sufrido. ¿Qué hay de cierto en todo lo que se rumorea?

-Hubo un tiempo que llegué a creer que Ken me quería, ahora sé que era mentira. No me dejó antes porque, de haberlo hecho, su lujosa vida se habría esfumado. Todo era mío, él no tenía nada. Siempre fue un mantenido, y yo una ciega enamorada.

-¿En qué situación está vuestra relación actualmente?

-Nos estamos dando un tiempo. Fue decisión de él.

-Si no es indiscreción, ¿hace cuánto que él tomó esta decisión?

-Algo más de diez meses.

-Cuéntanos, Barbie, ¿cómo han sido estos diez meses hasta ahora?

-Muy duros. Al principio, hablábamos cada día. Me pedía paciencia, decía que me quería, que necesitaba tiempo y pronto estaríamos juntos riéndonos de todo esto. Incluso llegué a creerlo, qué estúpida. Me costó comprender que, cuando alguien te quiere, no se limita a quedar un par de días al mes para acostarse contigo y después desaparece. Hoy en día, lo poco que sé de él es a través de las redes sociales.

-Así que, ¿a ésto se debe el cambio de imagen con el que nos has sorprendido?

-Si con cambio de imagen te refieres a los casi 20 kilos que me sobran, sí. Me he comido exactamente 19 kilos de paciencia. 10 por pierna. Empiezas con un heladito 
de vainilla los sábados que te dejan tirada y terminas desayunando a diario Phoskitos con caramelo y nata montada. O cocinando croissants caseros a las tres de la madrugada, recuerda que también soy una gran repostera, jijijijiji.

-A día de hoy, ¿cuál consideras que es tu estado de ánimo?

-Sinceramente, he esperado demasiado y tanta paciencia me ha hecho perder un valioso tiempo que no recuperaré, pero estoy muy ilusionada con esta nueva etapa.

-Decía Rousseau, que la paciencia es amarga, pero sus frutos son dulces.

-¡Huy! Pues dile a ese tal Rousseau, ¡que yo me he comido todo lo dulce esperando!

-Supongo que no habrás estado sola este tiempo. ¿Qué dice sobre ésto tu familia y amigos?

-He preferido mantenerlos al margen de lo que estaba ocurriendo. Me daba verguenza que me viesen así, reconocer por lo que estaba pasando. No quería escuchar la realidad y ellos me la iban a decir. Me engañaba a mí misma. Le quería y por eso creía cada mentira que me decía. Estas cosas funcionan así, de nada sirve lo que te digan. Hasta que no lo ves con tus propios ojos…

-Cambiando un poco de tema, ¿Qué opinas sobre la canción “Barbie debe morir” que te ha dedicado Mario Vaquerizo en su último álbum de las Nancys Rubias?

-Mario y yo somos amigos desde que conoció a Alaska, los dos son un amor. El golpecito que nos dimos en aquella rotonda fue una tontería, se le habrá calentado la boca… Ya le dije que choqué mi coche porque sí. Me da igual, me encanta. 
Ay, de qué me suena esta frase...

-¿Qué planes inmediatos tiene Barbie para el futuro?

-Ahora que he asimilado la realidad, ¡muchos! Ken no me quiere, pero no le necesito. Tengo las ideas claras, además de la dieta, voy a oscurecerme el pelo como mínimo a castaño, que ser tan rubia es agotador. También he presentado mi renuncia como Barbie a Mattel. Se acabó ser la mujer perfecta que quiere gustar a todo el mundo. Llevo toda mi vida complaciendo al resto, merezco disfrutar de ser yo. Quiero ser yo.

-Suena esperanzador y desde VAGUE, queremos enviarte todo nuestro apoyo y fuerza para superar este bache. Por último, como ya sabrás, Peggy y Gustavo se casan, ¿te veremos en el enlace?

-¡Por supuesto! ¡No me perdería esa boda por nada del mundo!

(Texto íntegramente sacado de VAGUE para La Cita Previa)

Y así terminaba el reportaje. Como amiga me sentía fatal, no había estado a su lado. Sabía que ese cretino de Ken la haría daño, ¡lo sabía! Ese malnacido se las vería conmigo. Tenía que ver a Barbie y darle un abrazo, no podía perdonarme haberla desatendido de tal manera. Me presenté en su casa, cuando llegué me recibió como hacen las amigas de verdad, con una sonrisa sincera y sin nada que reprochar. No sentamos en la cocina y me disculpé por no haberla cuidado como ella a mi durante tantos años.

-¡Venga! Se acabaron los lamentos, Isabel. Ve a mi habitación, elige el vestido más bonito que veas y póntelo. Esta noche nos vamos de fiesta.

-Pero... ¿Tienes ganas de salir?

-Más que eso, tengo ganas de vivir. He malgastado mi vida esperando recibir algo hermoso y mírame, solo he ganado sobrepeso y perdido el tiempo. ¡Qué gran negocio éste de la paciencia! Y tú deberías hacer lo mismo, que te leo en Twitter muy apagada y sé por lo que pasas, princesa.

Tenía razón. Yo llevaba meses sin salir por esperar paciente a ese Ken que todas tenemos en nuestra vida. Esa noche algo cambió, ya no eramos Barbies, se nos había acabado la paciencia. Nos reímos como nunca, bebimos, bailamos... Incluso pudimos comprobar, que kilo arriba, kilo abajo, ¡todavía estábamos bien buenas! Una espera paciente no es sinónimo de recoger lo que uno anhela. Por mi parte, no quiero más días tristes, cuelgo el hábito de Barbie y me uno a las Nancys. 
No serán tan perfectas, pero tampoco ha nacido el Ken que pueda con ellas.

Sr. Rousseau, no quiero esperar llorando un dulce futuro que igual nunca llega. 

Opto por vivir, por sonreír impaciente. Y que sea lo que Mattel quiera. 



@isabel_ecogest


6 comentarios:

  1. Siempre he pensado que los matrimonios de conveniencia, a la larga, son un fraude. Apoyo esa nueva filosofía de vida. Esperar es absurdo.
    Saludos.

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  2. Todo esto que cuentas es mentira. Y lo sabes. Te aprovechas de tu cobertura mediática para difamarme y hacerme quedar como el malo en toda historia, pero esta vez no lo consentiré.

    He pedido a mi amigo especial Jorge Javier que me conceda la posibilidad de defenderme en el Poli Deluxe. Conchita sacará todas tus mentiras a la luz: ¡no pienso guardarme nada! Si tienes valor, te reto a una entrevista cruzada, donde la verdad y Kiko Matamoros te pondrán en tu lugar.

    Acepta el reto si te queda algo de dignidad tras tu última liposucción.

    Te espero.

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  3. Encantada, hace tiempo que ando con ganas de ver a Kiko. Amigo de la familia, cosas que pasan ;)

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  4. Hermosa entrevista, hermosa historia, llena de hiel como la vida misma de Rouseau...

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  5. Lo absurdo de lo real, Cesar...
    Un millón de gracias por tu comentario!

    Abrazo enorme ;)

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